Un cuento sin título...
En un país muy lejano, Li un joven se dirigía hacia su trabajo después de una noche de gran descanso. Como todas las mañanas llagaba a su estación para tomar la ruta, en la cual por su horario se mantenía a tope. Al subirse, pasaba aquellos momentos pensando que haría en su día.
Todo era una
rutina. Llegar a su lugar de trabajo… saludar a sus compañeros… ponerse su
uniforme… guardar su bolso con su ropa… dirigirse a hacia su máquina de
elaboración de calzado… tomar su descanso al medio día… entrar en su segunda
jornada. Y luego de cumplir esa tediosa responsabilidad, llegar a su casa. Y
así era su diario vivir.
En una de aquellas
jornadas, Li comenzó a sentir una aguda pero inofensiva gripa, algo normal para
ese entonces. Él pensó “creo que con unos antibióticos y un buen descanso pasará”.
A sí concluyó algún tiempo, pero aquella gripa no cedía y sentía que cada vez
su respiración era más defectuosa, que tocía constantemente, que la fiebre no
le bajaba, así que decidió ir al médico.
Al llegar allí,
notó que en aquel hospital había más gente de la normal, a lo cual no prestó mucha atención. Al pasar con el
médico Li comentó sobre su situación. El médico hizo el chequeo de rutina el
cual pudo ver algo extraño en los síntomas que presentaba, le informó que
sospechaba que él podría tener un extraño virus que se estaba presentado, Li
quedó perplejo, y le mandó a realizar una prueba de sangre.
El médico manda a
Li a aislamiento a su casa puesto que el hospital estaba muy lleno y no había donde
dejarlo y le dijo que cuando llegará a
su casa dejará los zapatos en la entrada, dejara la ropa en una caneca para
lavarla, se bañara y cambiara la ropa, que debía lavarse las manos varias veces
al día, usar tapabocas y no salir de su casa.
Más tarde el
médico comprobó que Li tenía COVID-19, al parecer contagiado de alguna manera,
pudo hacer sido en su puesto de trabajo o en el lugar donde tomaba su
transporte.
Li llegó a su casa
para ponerse en aislamiento. Esa noche prendió el t.v. y se dio cuenta de la
magnitud de lo que estaba pasando y se daría cuenta de que el mundo no volvería
a ser el mismo de antes, tennía que tener en cuenta cuidados especiales, no podía
estar en grandes grupos de personas, tenía que tener un cuidado personal exhaustivo
y se limitaría a estar solo mientras se encuentra un método para poder acabar
con el virus. Así sería la vida de Li y del mundo en general.